El cofre de tierra (abril 2012)
Eran casi
las 2:00 de la tarde cuando un tren Talgo-200
se detuvo en uno de los andenes subterráneos de la estación de Córdoba. Ismael Alcázar,
que venía leyendo el último libro publicado por
Juan José Hidalgo sobre su investigación histórica de los escritos de Ibn
Hayyan, autor de las Crónicas de Abd-al-Rahmān III, parecía inmerso en la
lectura y los comentarios del arabista y no se percató de que había llegado a
su destino. Los últimos renglones que
había leído, en los que hacía referencia a Medina Azahara, se le quedaron en la
mente y los repetía casi de manera automática imaginando la escena
materializándose en su imaginación. Siempre había sentido una atracción
especial hacia ese lugar y todo lo que tuviera relación con él. Era un
apasionado de la historia del califato de sus personajes más destacados y sentía
verdadera pasión por Hasday ibn Saprut. Un judío que Jaén que alcanzó cargos de
notoriedad en la corte de Abd al-Rahmān III. Había estudiado bastante al
personaje, de quien se podía decir que era un buen conocedor.